Lo que necesito ahora no es otra cosa que sentarne con vos en un bar,
muy cerca de una ventana, en la tarde más fría que pueda darnos el otoño.

Sería una tarde realmente gris y los vidrios tendrían algunas pocas gotitas de lluvia. Nos calentaríamos las manos apoyándolas en la taza y entonces, comeríamos algo y charlaríamos sobre cosas que realmente no nos importan del todo, mientras miramos a los demás hacer prácticamente lo mismo.

Sabes? hoy me levanté y di vuelta el colchón. Parece poco, pero fue una vuelta de pagina. Miré detenidamente cada una de las manchas antes de poder girarlo y distinguí varias: una larga de café en forma de estrella, una rara de helado, una que recuerdo que era de mostaza, una redondita de sangre y muchas otras indefinidas, superpuestas y misteriosas.

Habia intentado muchas veces girarlo pero lo dejaba como estaba y entonces corría a llamarte completamente desesperado y sin aire. Vos atendías el teléfono, me dejabas hablar y entonces me decías cosas como “Mirá josh, tengo que irme al gimnasio”. Recién hoy pude girarlo. Y ahora que sos mi pasado duermo sobre él.